
Fuente de las cadenas
Comenzamos nuestra ruta en la Plaza de Santa María, visitando la famosa Fuente de las Cadenas. Se trata de una fuente de varios caños, en concreto 3, construida hacia 1605 en homenaje a Felipe II y situada junto a la Iglesia de Santa María. Es uno de los monumentos emblemáticos de la localidad, pues refleja el crecimiento social y económico de la villa en el siglo XVI
En primer lugar, nos llama la atención su famosa cadena tallada en piedra (de ahí recibe su nombre). Pero si nos acercamos un poco más, descubrimos detalles que a simple vista el ojo pasa por alto. Por ejemplo, encontramos que una de las piedras con la que está construida, tiene tallada una mano completa.
Al parecer, la mano pertenecía a alguna escultura de la zona, que los vecinos colocaron allí. Cuenta la leyenda local que quien pida un deseo y coloque su mano encima de la mano de piedra, dicho deseo se cumple.
Pero sigamos observando la fuente con atención, y enseguida descubriremos, no sin cierto trabajo del ojo, la palabra «cara», en uno de sus sillares. Al parecer, en esta ocasión se trata de una lapida, usada como sustento. La palabra «CARA» viene a significar «amada, querida…». Y es que, posiblemente, la lápida perteneciese a alguna mujer muy querida por el pueblo…
Calle de la Hoz
Dejamos la Fuente de las Cadenas y seguimos caminando por la calle de enfrente, La Calle Hoz.
Continuamos nuestro paseo, al borde del río, rodeados por el sonido del agua cristalina. Encontramos los famosos patos de Cazorla.
Castillo de la Yedra
Y continuamos subiendo por estas escarpadas calles, dejando el pueblo tras nosotros, hasta el Castillo de la Yedra, paraje emblemático que confirma al propio pueblo. Allí vamos a visitar un sillón poco usual: el sillón del Rey Mouza, o sillón del «moro».
Se trata de un sillón tallado en roca, (hoy en día ya bastante deteriorado), donde al parecer el rey se sentaba a contemplar sus dominios. Merece la pena subir hasta aquí y sentarse en él, ya que las vistas son impresionantes.
Continuamos nuestra ruta y apenas caminamos unos pasos, nos encontramos con unos escalones con unas iniciales grabadas: MMB. Iniciales que grabaría en la piedra el ultimo propietario del Castillo de la Yedra.
La Tragantía
Aseguran los ancianos del lugar, que el Rey Moro de Cazorla, viendo que perdía frente al ejército cristiano y temiendo por la vida de su hija, decidió ocultarla en las mazmorras del castillo, mientras se desarrollaba la batalla. El temeroso rey, escondió a la joven para protegerla del mundo y le dejó algo de provisiones y agua, esperando regresar.
Pero, el Rey Moro nunca regresó y su joven hija quedó atrapada para siempre.
Narra la leyenda que la joven princesa se alimentaba de la humedad de las paredes de roca, lamiéndolas mientras moría y su cuerpo sufría una mutación: se iba transformando en sapiente. Los nuevos propietarios de Castillo y los vecinos que por allí caminaban, empezaron a escuchar lamentos y gritos espeluznantes, que aseguraban provenían del fantasma de la joven princesa, atrapada en los subterráneos.
Se dice que desde entonces, todas las noches de San Juan, aparece su fantasma, convertido en Tragantía, e hipnotizado con su voz a todas aquellas personas que oyen cantar esta canción:
«Yo soy la Tragantía,
hija del rey moro.
El que me oiga cantar,
no verá la luz del día
ni la noche de San Juan».
La Tragantía, una mujer-serpiente, para este lugar mágico de olivares y roca escarpada. Una serpiente mortal, temida por pastores, habitantes y visitantes.
La Casa de Ava Gadner
Dejamos este impresionante paraje y volvemos a bajar otra vez al pueblo. Pero no lejos del Castillo, nos encontramos con una casa peculiar, en forma de torreón, que tiene su particular historia: la llaman «La Casa de Ava Gadner».
Es por todos conocida la admiración que la actriz Ava Gadner («el animal mas bello del mundo»), sentía por España. Y es conocida también la relación que mantuvo con un torero español: Luis Miguel Dominguín. Lo que noes tan conocido es lo que algunos afirman: que la actriz adquirió una casa en pleno casco histórico de Cazorla, una de las casas pertenecientes, en propiedad, al Castillo de la Yedra.
Dos iconos, dos amantes. La actriz y el torero… Y Dominguín, vino a torear a Cazorla… Y Ava era una enamorada de los pueblecitos blancos y el folklore.
Hay un testaferro que proviene de Madrid, que podría probar que la actriz adquirió la casa a través de terceros. Estamos en vías de conseguir la documentación que lo corroboraría. Lo que está claro, es la atracción que estas tierras ejercieron y ejercen sobre el viajero; tierras de gran valor cultural, tierras prosperas, ricas, cuajadas de historias y de leyendas, que nunca se debieran perder.
Travesía de San Isicio
Vamos a culminar nuestra ruta visitando la calle mas estrecha del pueblo. Se llama Travesía de San Isicio y mide tan solo 49 cm de ancho.
En Cazorla un paraje escarpado, de lugares angostos y casitas blancas. La historia de esta calle es especialmente peculiar, ya que cuentan que fue un birrito cargado de leña el «arquitecto» encargado de construirla o darle forma. El burro pasaba por allí a diario, camino de su cuadra. Un día quedó atrancado con su carga. Y para desatrancarlo, hubo que «abrir paso». Desde entonces, el lugar funciona como calle (la calle más estrecha del pueblo), o pasadizo que conduce hasta el caso histórico.
Y como anécdota y dato añadir, teñido de humor un tanto negro, debemos señalar que tan estrecha es la calle, que cuando una persona muere, hay que dejar la caja fuera, y sacar a la calle al muerto, liado en una manta, ya que la caja fúnebre no cabe.
