Otro de los usos más recientes de aprovechamiento de los ríos, es la utilización de la energía que generan con su movimiento, conocida como energía hidráulica. Cazorla y sus habitantes, que tan bien supieron aprovechar el río Cerezuelo, le dieron a finales del s. XIX un nuevo uso al río.

En 1897 comenzó a funcionar en Cazorla la primera Minicentral Hidroeléctrica, conocida como “Eléctrica de Cazorla”, siendo uno de los primeros pueblos de la provincia con este tipo de energía. La utilización de esta energía quedaba reservada solamente con fines de alumbrado, como por ejemplo en la plaza central de Cazorla, llamada de los “Gómez Sigura” (actual Plaza de la Corredera) y las calles principales. Los cazorleños/as denominaron a esta central “Fábrica de la luz vieja”, pero, por desgracia, no funcionó durante demasiado tiempo.

A mediación de uno de los industriales más activos de Cazorla, Manuel Moreno Tallada, se decidió instalar una nueva central de corriente alterna, conocida como “Fábrica de El Ángel” por estar situada en el denominado “Salto del Ángel”, cerca de la ermita del mismo nombre. Ambos proyectos los realizó Felipe Rhotemund y esta central se mantuvo entre 1911 y 1953.

Por último, a finales de los 50, años de escasez en todos los sentidos, el Ayuntamiento decidió poner en servicio una nueva Central Eléctrica. Esta central se instaló justo detrás de las ruinas de la Iglesia de Santa María de Gracia, en el margen derecho del rio Cerezuelo y su energía era derivada en parte de la anterior central de El Ángel.

Texto de Javier Sevilla Martínez