Asociada al Adelantamiento de Cazorla, la “Torre del Corregidor” tiene historia propia. Después de que el arzobispo Bernardo de Sandoval y Rojas recuperara el Adelantamiento para el arzobispado de Toledo en 1605, instaló a su sobrino, Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, como “Adelantado de Cazorla”, un cargo que otorgaba un poder tanto político como judicial no solo en Cazorla, sino también en el resto de villas que componían el Adelantamiento.

No obstante, con el tiempo, el arzobispo retiró el poder otorgado a su sobrino, convirtiendo el Adelantamiento de Cazorla en un señorío eclesiástico, en el que los arzobispos de Toledo intervendrían totalmente en el gobierno de la zona. Para un control más eficiente, los arzobispos delegaron sus funciones en determinados cargos nombrados por ellos, y en el caso del corregidor, concediéndole el poder judicial y administrativo.

Por ello, el corregidor del Adelantamiento de Cazorla, cargo que se iba renovando cada varios años, debía tener una residencia fija en la villa principal del Adelantamiento, eligiendo situarse en el acceso del camino a Peal de Becerro, una de las vías principales de acceso a Cazorla.

Texto de Javier Sevilla Martínez