El emplazamiento que hoy ocupa Hornos fue poblado en el III milenio a.C., en el periodo correspondiente a la Edad del Cobre, y se mantuvo ocupado durante la Edad del Bronce, en el II milenio a.C. Posteriormente el lugar se abandonó y no volvemos a tener más información sobre él hasta época medieval. En las fuentes árabes se la cita como Fornus. Al parecer era un hins, una villa cuyo emplazamiento en lo alto de la peña la hacía casi inexpugnable y un recinto murado, quizá con alguna otra defensa en la parte más elevada.
La población fue conquistada en 1239 por Pedro Pelayo Correa, maestre de la Orden de Santiago, y quedó adscrita a la encomienda de Segura de la Sierra, dependiente en lo espiritual de la diócesis de Cartagena. La Orden construyó el actual castillo. En la parte más elevada erigieron el alcázar y en su interior la torre del homenaje y un aljibe. Este último y las otras tres torres del recinto parecen ser más antiguas, de época almohade. Pero no fue ésta la única fortificación, pues por la posición de Hornos en el flanco de la sierra, en su término se levantaron varias fortificaciones. Al sur de la población, en una isleta del pantano de El Tranco, se conserva el Castillo de Bujaraiza, con recinto poligonal y torre del homenaje.
Entre las torres que poblaban su territorio destaca la de Bujacaiz, hoy cubierta totalmente por las aguas. Hornos fue uno de los lugares, junto con Segura de la Sierra, desde la que los miembros de la familia Manrique intervinieron activamente en la política castellana del siglo XV. Esta familia estuvo por lo general enfrentada a los reyes de Castilla Juan II y Enrique IV, ya que siempre controlaron buena parte de las fuerzas y recursos de la Orden de Santiago, de la que don Rodrigo Manrique, comendador de Segura, llegó a proclamarse Gran Maestre, resistiendo y derrotando en Hornos a las tropas enviadas contra él por Juan II y su valido don Álvaro de Luna.
El periodo de mayor expansión de esta población abarcó de mediados del XIX a mediados del XX. En esta primera etapa la población había alcanzado los 604 habitantes, a finales del XIX ascendía ya a 1.796, y a mediados del XX se cifra en 3.012. Durante estas fechas se produjo la demarcación del municipio dentro de la provincia de Jaén, tras un periodo de adscripción y pertenencia a la provincia de Murcia. A partir de mediados del XX se produce una etapa de decrecimiento hasta llegar a los poco más de 700 habitantes con que cuenta en la actualidad. Este pueblo serrano, enclavado en un risco, y con aire medieval, fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1985.